Hoy me dejo estar. Quiesiera transformar mi vida en una larga, torpe, siesta paraguaya.
[…]
Tuve mis cuatro alegrías y mis ocho dolores. Fui extranjero en todas partes y bebí la sal de todos los vientos. Se ensangrentaron mis puños golpeando portales que no se abrían y mi voz se rompió con el último alarido. Y entonces, come en la vieja fábula del zorro y las uvas, dije que nada valía nada, porque nadia había conseguido apresar. Estoy, pues, como antes de soñar: sin nada. O, peor, porque ya ni sueños tengo.
(Roberto Mariani)
Non desiderare il ricordo di un tramonto
non immaginare il respiro del vento
non ingannarti al silenzio del mare,
piangi solo come un petalo che nasce…
Non credere in te se non hai passato
non leggere in me se non ho presente
non scrivere a lei se non ha futuro,
ridi solo come una spina che cade…
Non c’è un fuoco da rincorrere
non c’è una terra da fuggire
non c’è un’acqua da scoprire,
canta solo come una stella che muore…